La lluvia y las prisas nos llevan de cabeza y en ocasiones no nos percatamos de nada y se nos escapan ciertos detalles. La verdad es que no estamos acostumbrados a tres dias de lluvia es por eso que vamos a los sitios sin pararnos a contemplar nada.
En este ocasion casi no reparo en ver a este buen retratado que aqui os muestro. Estaba el hombre "apalancado" con otro mendigo, que por cierto amenazaba si le hacia alguna foto, en los arcos del Obispado que dan hacia La Glorieta con una manta y la falta de algo "caliente" que beber. Un cruze de miradas, mientras el me pedia una limosna yo le pedia una foto y la cosa se resolvio con unos eurillos que mas por comprar su alma era por "aliviar su sed" con un buen trago. El resultado, esta foto que me gusta por su calidez.
1 comentario:
Siempre he creído que eres uno de los mejores fotógrafos de la región, porque no te conformas con disparar, sino que buscas ese ángulo que hace que una foto sea especial. Ahora, después de ver las que has colgado en el blog y las de tu exposición, estoy más convencida de ello. ¡¡¡Gracias por enseñarnos tu arte!!! Un besito
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