Cuando la noche nos acecha aparece esta con su manto negro y lleno de lucecitas, es en ese instante cuando nos damos cuenta de que la única fuente de luz que más nos ilumina es la que nos ofrece la luna.
En la foto esta no se nos muestra como la conocemos tan solo nos aporta a la escena un iluminación muy especial. El juego consiste en tratar de fotografiar con la luz natural y usar si es posible de un trípode para poder estabilizar el encuadre. El resultado final es una foto que se nos presenta con una tonalidad muy ténue y un pequeño giro de zoom para que los planos de las chimeneas se alteren con gran intensidad.
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